En la mágica montaña de Montjuïc se encontró una moneda con la inscripción de Barkeno. Dataría del siglo IV antes de Cristo, cuando estas tierras estaban habitadas por los layeskos así es como se denominaban los indígenas llamados por Roma Layetanos. Los historiadores dan por buena opción que Barkeno significa, gran astillero. Cuando el emperador Augusto llegó en el 218 A.C, y romanizó Barkeno la llamó Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.
Tras la caída del Imperio Romano, durante el siglo V llegaron los visigodos y Barcino se convirtió en Barcinona.
Más tarde los musulmanes se asentaron en Barcinona en el 717-718 y la denominaron Barshiluna.
Y fue durante el reinado de Carlomagno, Barshiluna dejaría de existir y se cambiaría el nombre a Barcelona.
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